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la soldadura no entiende de sexos

verónica muriel, trabajadora gijonesa de la firma corverana alusin, se alza con el premio de la fundación metal a la mejor soldadora de asturias

la gijonesa verónica muriel, trabajadora de la empresa corverana alusin, se convirtió el pasado miércoles en la primera mujer soldadora en recibir un premio en asturias. esta profesional del metal, sector sobre el que gravita buena parte de la economía asturiana y avilesina, reconoce que este galardón que la convierte en pionera le hace «especial ilusión» aunque considera que soldadores y soldadoras pueden competir en igualdad de condiciones. «soldar es soldar. no tengo ningún problema en competir con un hombre», asegura.

la fundación metal asturias trabaja desde hace más de un lustro en la incorporación laboral de las mujeres a un sector tradicionalmente masculinizado. precisamente para hacer visible la profesionalidad de las mujeres que desempeñan el oficio de soldadoras en empresas asturianas y favorecer su proyección, la organización otorgó este año un premio especial a la mejor soldadora de la región dotado con 1.200 euros, un equipo de trabajo y una escultura. lo que para unos es discriminación positiva, para otros, un sinsentido. «somos trabajadores, ellos y nosotras, y podemos competir en igualdad de condiciones», señala verónica muriel.

en alusin la «o» y la «a» no son objeto de polémica sino que conviven en armonía y equilibrio. el equipo de soldadura de la firma que dirige javier fernández font está compuesto por doce profesionales. nueve son chicas y dos de ellas ocupan, además, los cargos de responsabilidad. david castaño, soldador de la misma empresa, reconoce las casualidades de su compañera premiada y destaca «lo fácil que resulta trabajar con las chicas». «lo que no veo bien es que a la hora de organizar concursos haya categorías por sexos. deberían ser convocatorias mixtas en el que el primer premio se lo lleve quien mejor haga su trabajo, sea hombre o mujer», opina castaño mientras su compañera asiente.

convocatorias unitarias o por separado, la mujer ocupa ya un puesto en el sector del metal asturiano, cuestión impensable hace poco más de una década. verónica muriel, de treinta años, comenzó a soldar hace tres. la soldadora cursó un grado superior relacionado con la informática con el que no obtuvo los frutos esperados. «no me veía trabajando en eso», argumenta. después se adentró al sector de la hostelería, al que dedicó cuatro años, hasta que en 2007 decidió abrirse camino en el sector del metal.

«vi en la prensa que en asturias había mucha demanda de soldadores, probé y tuve suerte», explica. apenas un mes después de terminar su formación comenzó a trabajar y no ha parado desde entonces, a pesar de que su padre no le auguraba entonces grandes éxitos. «lo vas a tener más difícil por ser mujer», le advirtió entonces. ¿y ha sido así? «claramente sí. hay muchas empresas que te dicen que no contratan a mujeres porque no tienen vestuarios para nosotras», sostiene. y es que muriel, además, reconoce haber tenido suerte. «otras compañeras que realizaron conmigo el curso de soldadura no han encontrado trabajo. te piden experiencia pero, sino te dan una oportunidad no las puedes obtener nunca», añade.

la primera mujer soldadora en recibir un premio de la fundación metal en asturias lanza un mensaje optimista a aquellas que pretenden seguir sus pasos y no se atreven a dar el primero: «con empeño y dedicación se consigue». ella es la prueba.